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Anédota Fetichista Todo sucedió en el parque

Si sos fetichista esta historia te va a poner al palo e intentaré ser lo más descriptivo para que te transportes al momento y debas jalártela rico. Si no sos fetichista pero te encanta el sexo oral, quedate también porque el putito me hizo tremenda paja y oral.


Recuerdo que hacía un poco de calor y fui al parque. El día estaba lindo y en lugar de sentarme en una banca, me tiré en el pasto bajo los árboles. No me quité la remera, pero si me descalcé.


No soy fetichista pero lo hice para sentirme libre, conectar mejor con la naturaleza y no era el único había gente, pero no como suele pasar en verano que los parques están abarrotados. Era sábado por la tarde y, de haber sabido lo que sucedería, hubiese ido en otras ocasiones porque realmente fue espectacular.


Sé que hay fetichistas y quienes siguen mi blog pueden ver este tipo de material porque es un espacio para todos los gustos. Entonces, continuando con esta historia, me descalcé y estuve un rato por lo que cambiaba de posiciones para no cansarme.


Yo sé que hay gente que mira y la verdad no me importa. No importa si me toman fotos o me graban a escondidas, no me importa si miran mis pies y se excitan. Es más, si me lo piden, dejo que tomen fotos. No me importa. Me gusta causar excitación de una forma tan diferente mostrando algo tan natural como tener dos manos.


Y de esto trata ésta historia. Resulta que siempre busco o intento buscar la mejor ubicación en los parques y donde creo que es, ahí me ubico. Cuando llegué vi personas tomando fotografías distribuidas por el parque. No le llevé atención.


Y en un momento dado pasa un muchacho de estos, con cámara y me pregunta si me podía fotografiar. Se llamaba Gabriel y era delgado, contextura ancha, cabello corto y un poco de barba. Viste normal con una remera y un pantalón corto y zapatillas.


Le pregunto para qué es y me dice que están haciendo un trabajo para la clase de fotografía. Me pareció bien y le pregunté si así estaba bien o alguna pose. Me dice que así estaba bien. Yo estaba apoyándome sobre mis manos, con una pierna estirada y la otra flexionada pisando el pasto.


El muchacho me agradece, entonces, le pregunto si la van a exponer o cómo y me empezó a contar. Le pedí que me mostrara la foto y resultó que tomó tres. Siempre quise hacer una producción de fotos, para sentir y saber cómo era. Yo no soy modelo. Soy un hombre normal, pero también soy curioso y me parece que debe haber más cuerpos normales y no productos de belleza extra normales que se matan para tener una figura inusual y vender algo que no existe. También me interesa la fotografía temática.


Y hablamos de eso. El muchacho, estaba empezando y me tiro el lance. Le dije que si quería hacerme fotos para mejorar su habilidad, me llame. Total, nos ayudábamos entre los dos y nos pasamos los teléfonos.


Se había armado una conversación, no digo que de amigos, pero de dos personas que recién se conocen y pegan buena onda y me pregunta si podía fotografiar mis pies, solo mis pies. Le dije que sí. El me indica como posar, aunque no es estrictamente posar, más bien, me decía como quiere que me ponga y toma la fotografía. De costado, estirado, semi flexionado, de pie, sobre un tronco, contra un tronco.


En las fotos que hacemos en el pasto, el aprovecha excusas para tocar mis pies. Toques sutiles. Cuando me muestra las fotos me dijo que le gustaban los pies de hombres y que resulté ser un buen “modelo” ya había cierta confianza. Le dije que se tomaba confianza cuando podía. Pensó que me molestaba y le aclaré que no y le explico que no tengo problemas con los fetiches. Cuando le pregunto si quería tocarlos, me dice que sí. Guarda la cámara y empieza a acariciar el empeine. Primero un pie y luego el otro. Juega con los dedos. Los aprieta levemente, los toma con dos dedos suyos. Luego, se entretiene más con las plantas de los pies. Primero me acaricia y luego empieza a agarrar, frotar, hacer toda clase de movimientos con sus dedos y palma. A veces eran masajes. Y los masajes son placenteros.

Me pregunta si podía lamer. Yo creo que ambos estamos un poco excitados. No me importa que estuviéramos en un parque a la vista de todos, después de todo, si una pareja se besa está bien visto y nosotros no estamos cogiendo, estábamos... bueno me dejo lamer. Levanté mi pie y él lo tomó del talón. Lo olió y pasó su lengua por la planta. De lado a lado. Sigue de abajo hacia arriba un par de veces y en círculo. Siento el calor de su lengua esparciendo su saliva en mis pies. Luego me chupa el dedo gordo. Continúa chupándome cada dedo y cuando llega al último, repite la secuencia.


Estaba excitado, descubro una zona erógena muy poco explorada. Miré a mi alrededor y aunque algunas personas nos vieron no vi que nos grabaran. Mis ojos se posaron nuevamente en lo que él hacía cuando metió todos mis dedos en su boca. Mi pie estaba ensalivado. Mis deditos se resbalaban entre sí. Luego agarró el otro.


Me dije que estaba excitado, que quería sentirme en la cama. Yo me sentía rebelde. Estaba en un parque rozando un aspecto sexual sin ser estrictamente sexual. Redoblé la apuesta diciéndole que vayamos a otro lugar.


El parque, tiene un sector de arbustos y plantas grandes. Detrás hay como un montículo y los arbustos nos cubren de las miradas del público. Nos levantamos y él aprovecha a tocarme la pija. No dije nada. Él me sigue y en cuando llegamos, entiende lo que insinuaba. Me desabotona el pantalón y se mete la pija flácida en su boca. Me da tanto morbo que se me para. Él agarra mi pelvis y balancea su cuerpo hacia adelante y hacia atrás. Chupa con ganas. Se la come entera. Yo estoy en el cielo. Qué manera de succionarme el pene. Brota baba de su boca con cada metida.


Una idea pasa por mi cabeza. Poner a grabar la cámara de fotos que permite tomar video, pero solo saco mi teléfono y grabé unos segundos. La verdad no quiero centrarme en grabar, quiero disfrutar. Él agarra mi pene a la altura de los testículos, pone el falo en su boca y empieza a masturbarme. Tengo que tapar la boca para ahogar los gemidos. Con la maña que tiene el putito ese y el morbo de tener que acabar rápido, no tardo en explorar en su boca. El libera el pene para pajearme y sacar el resto de leche y dejarme seco.


Mientras limpia su cara de semen, yo me quedo en pija, con los pantalones en el suelo jalándome la verga suavemente mientras lo veo a él. Super morboso.

Yo no tengo problema pelar la pija. Me desnudo con relativa facilidad, asi que quedamos en hacer una sesión al desnudo pero esa es otra historia.


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